miércoles, 31 de agosto de 2011

Las Mega Iglesias

El sociólogo alemán Max Weber en sus obras clásicas "Sociología de la religión" y "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" caracteriza a ciertos credos como "religión de salvación" esto porque es un elemento que destaca entre los propósitos de existencia de las diferentes doctrinas. Y es que si no existiera entre buena parte de los seres humanos esta necesidad pues los credos no tendrían razón de ser.

El contexto histórico particular de Weber nos remite al apogeo capitalista industrial europeo y norteamericano, principalmente el despegue de EEUU. Las empresas capitalistas norteamericanas comienzan a ganar terreno y a desplazar a los británicos. En Latinoamérica se sienten los efectos de la división internacional del trabajo, los países de la región se insertan al mercado mundial exportando materias primas a los países industrializados.

Los conceptos de empresa aún no se aplican a la religión. Será hasta el siglo XX y XXI cuando el libre mercado con su promoción de la privatización en masa y exaltación del consumo, cuando la religión específicamente protestante comience a generar individuos destacados por su capacidad de atraer público, sea por su discurso, carisma o simplemente porque encuentran un mensaje nada despreciable: el afán de lucro.

La Iglesia católica estuvo en apogeo durante la edad media, controló amplias esferas de la sociedad, mantuvo dominio sobre las ideas, la educación, etc. Pero su estrecha alianza con los terratenientes de la época la ubicó precisamente como una institución feudal. Los protestantes en cambio surgen en el comienzo de la descomposición feudal y darán soporte al capitalismo naciente.

Entonces las iglesias protestantes inspirarán un "espíritu capitalista", sobre todo fundamentado en el trabajo, el ahorro, la propiedad privada y la profesión como una forma de superación personal. De esta manera el sustento ideológico será mucho más progresista que el católico, las naciones más prósperas eran protestantes, en la actualidad las cosas han cambiado, puesto que el protestantismo ha dejado de ser un impulsor progresista.

El libre mercado entendido como la desregulación económica, la privatización en masa y la priorización de las libertades e intereses individuales han calado también en la religión. Pero han sido las denominaciones protestantes quienes han aprovechado su independencia de instituciones más influyentes, en este caso un pastor protestante puede abrir su propia iglesia de la misma manera que un capitalista abre un negocio.

Estas instituciones han crecido al punto de que muchas se convierten en "Mega iglesias", las cuales buscan adeptos como quien trae consumidores. La oferta es variada, comúnmente se prometen milagros y prosperidad económica a cambio de ofrendas y fe. Los líderes son empresarios multimillonarios que justifican su fortuna en su doctrina teológica e instan a sus fieles a "seguir su ejemplo" contribuyendo económicamente a la institución.

Estos empresarios religiosos son hábiles manipulando el discurso religioso, puesto que lo hacen atractivo a los oídos de las personas. La fe puede convertirse entonces en un negocio más, donde lo más importante resulta ser la contribución económica, puesto que a cambio se obtendrán prebendas. La legislación legitima este tipo de negocio, que cuenta con privilegios puesto que no existe un control fiscalizador sobre los ingresos que reciben.

El protestantismo ha sido mal empleado a conveniencia de los dueños. No existen normas internas y es una de las causantes de la crisis actual. Las leyes tienden a ser débiles y permiten abusos por parte de estos magnates, lejos de inspirar el progreso o superación de los fieles instan a la dependencia y culto del líder religioso. La manipulación de las escrituras bíblicas es otro tema común.

Al ser relativamente sencillo manipular las escrituras bíblicas entonces las denominaciones protestantes pueden ajustar a su antojo las doctrinas. Además como los fieles están obligados a depender del discurso de su líder, entonces no existe posibilidad de expresar un desacuerdo. Este abuso es legitimado por el poder que el líder tiene incluso por encima de las legislaciones civiles.

La falta de fiscalización sobre los recursos de estas instituciones multimillonarias también hace factible su vinculación con las mafias y grupos corruptos. El tema de la fe seguirá siendo polémico al mezclarse con coyunturas políticas o económicas particulares.

La educación como motor de desarrollo

En otras oportunidades he criticado el papel actual de los nuevos modelos educativos fundamentados en competitividad que excluyen la formación integral de los seres humanos. Sin embargo existen elementos dentro de este modelo neoliberal que deben ser tomados en cuenta, y deben estimularse entre los estudiantes actuales en los países del tercer mundo, entre ellos está el factor de la innovación.

Los países desarrollados comúnmente señalan que las mejores propuestas para superar la crisis financiera y el desempleo es la innovación en nuevas tecnologías e infraestructura para generar empleos, pero esto requiere de personal calificado. En este sentido la propuesta es mucho más viable en estas zonas del mundo en donde existe mejor nivel de bienestar social, este último término pasaré a describirlo.

Cuando en una nación existen rezagos tan graves como el hambre y falta de acceso a servicios tan elementales como la salud pública, exigir un alto nivel académico es realmente desconsiderado. Los problemas a resolver son muchos, y la clase media accede a una educación de calidad, sobre este término me refiero a profesores con educación universitaria, e instalaciones adecuadas para aprender.

En Latinoamérica se debe poner atención a muchas demandas sociales, y también a mejorar la calidad educativa de establecimientos públicos y privados. Calidad no significa promediar en un estándar internacional muchas veces viciado por la intervención de organismos financieros. No, la verdadera calidad significa un aprendizaje eficaz, que proporciona herramientas de análisis numérico, expresión oral, escrita, creatividad y pensamiento crítico.

La competencia puede ser un modelo sano cuando se valoran de manera eficiente las habilidades de los alumnos. Los neoliberales como el periodista Andrés Oppenheimer tienen una verdadera castración intelectual al ridiculizar las destrezas como escritura, pensamiento crítico o reflexión filosófica, puesto que no son capaces de valorar a las personas como humanos, sino que son vistas como instrumentos del mercado.

La cosificación humana es un fenómeno común. Ahora en lo que respecta a la capacidad innovadora, la región aún debe esforzarse mucho en matemáticas y ciencia. Un primer paso es capacitar docentes de estas ramas para estimular a los estudiantes, se requiere de motivación y buena capacidad didáctica. Además los más aptos pueden competir de forma sana en olimpiadas científicas, como se acostumbra en muchos países.

La competencia puede concebirse como una estimulación y no como rechazo. La clave está en saber elegir a aquellos que realmente tengan esas aptitudes y puedan ser explotadas sus habilidades. Las potencias emergentes como China, Rusia, Corea del Sur o Irán, envían a sus mejores alumnos a estos eventos, y ellos a lo interno no son exactamente neoliberales, o mucho menos del tercer mundo(excepto Irán).

Los profesores de matemáticas también requieren de capacitación constante para saber aprovechar nuevos conocimientos y técnicas. Un problema que tenemos en la región es el acomodamiento producto de la falta de estímulo. En el caso de las matemáticas y física se requiere de maestros creativos que sepan desenvolverse en un ambiente escaso de recursos.

En el caso de las ciencias sociales se trata de formar ciudadanos capaces de vivir en con una identidad y capacidad crítica ante los grupos de poder. Estas disciplinas buscan el equilibrio con las demás. Cuando se encauzan ambas se logra un desarrollo integral de los seres humanos, puesto que la sociedad es capaz de estudiarse de manera completa, entonces los problemas podrán enfrentarse con soluciones efectivas.

El motor de desarrollo no es solamente la innovación tecnológica, puesto que el término es muy amplio y forzosamente deberá abarcar todos los aspectos. Mantengo mi postura en contra de algunos estándares internacionales que no proporcionan beneficios a nuestra región, deben en cambio mecanismos de evaluación basados en nuestros problemas, no tratar de copiar modelos extranjeros que en la mayoría de casos no aportan nada a nuestra realidad. Los intelectuales y docentes de nivel medio deben realizar esfuerzos conjuntos en donde ambos sectores puedan generar propuestas adecuadas al medio.





miércoles, 17 de agosto de 2011

Abordaje de la acumulación de capital desde la dialéctica marxista en la actualidad

En Francia se desarrollaron en los años setenta congresos para repensar la dialéctica materialista, puesto que se le consideraba en un estancamiento. Pues también me parece que en la actualidad debe realizarse un análisis nuevo pero en un contexto diferente. Principalmente porque con la caída del muro de Berlín, el desaparecimiento del socialismo real y la extensión de la economía de mercado se promovió la idea de la muerte del marxismo, en este artículo quiero retomar ideas generales de "Dialéctica y ciencias de la naturaleza" de Lucien Seve, Noel Mouloud, Ph Cazzelle y G. Durup.

Sin embargo algo que muchos apologistas del libre mercado ignoraron fueron las crisis cíclicas del sistema capitalista. Este aporte marxista vuelve a tener protagonismo. La crisis financiera de 2008 puso en alerta los discursos legitimadores del libre mercado, teoría que cada vez más se volcó al dogmatismo, a la explicación mecánica de la realidad, algo que sufrió también el marxismo durante la guerra fría.

De los aportes franceses se pueden extraer valiosas ideas para combatir el marxismo dogmático y que vuelva a ser una herramienta para el análisis y explicación de la realidad. Por supuesto, tomando en cuenta los notables cambios históricos, geopolíticos y las nuevas dinámicas en la acumulación de capital, donde los capitales centrales ceden espacios ante el empuje de los emergentes.

Esta dinámica de la acumulación de capital tiene según Marx particularidades, que continúan expresando la esencia del sistema. Sin embargo la apertura económica, la globalización y la economía del conocimiento son hechos que el genio alemán no alcanzó a conocer. Estos hechos son fundamentales para comprender el capitalismo, se debe centrar nuevamente en el análisis materialista de la historia, pero no en forma dogmática.

Con esto quiero decir que no es posible excluir el mundo de las ideas, de la influencia de las ideologías y de la subjetividad. El capitalismo industrial debe ahora estudiar la influencia de las TIC's como elementos que transforman las características de las relaciones sociales de producción, quizás no en esencia, pero sí de muchas formas. El derrumbe soviético demostró que el estatismo es un fracaso, pero también lo es el dogma neoliberal, ejemplos como EEUU en 2007 y hoy los casos de Grecia, España, Irlanda, etc lo comprueban.

La dialéctica marxista continúa siendo un valioso instrumento para el análisis, la crisis social que viven Francia, España, Grecia e Irlanda ejemplifican el descontento popular de trabajadores y jóvenes ante la falta de oportunidades, el desempleo castiga en especial a la juventud. A partir de esa realidad, el dogma del libre mercado no puede ser la única vía para el conocimiento, hay que utilizar otros caminos, la dialéctica materialista es uno de ellos.

El congreso que se efectuó en Francia hace ya cuarenta años tuvo varias inquietudes y problemáticas a tratar. Uno de los aportes más interesantes del materialismo histórico es precisamente el ser una oportunidad para el conocimiento objetivo de la realidad. Asentándose principalmente en las leyes de la dialéctica, en la actualidad sirve para asumir posturas de cuestionamiento ante los embates de la ideología de mercado.

El dogmatismo neoliberal afirma que existe un pensamiento único, las ideologías desaparecen y el mundo debe estar al servicio de los intereses del mercado. Todos los elementos de la superestructura deben estar al servicio de los intereses del mercado. Todos los elementos de la superestructura deben encaminarse a satisfacer la demanda, el gusto de los consumidores. A partir de esta realidad todo se puede comprar, y los medios de comunicación se transforman en grandes manipuladores de conciencia.

Entonces los intelectuales progresistas pueden acudir nuevamente a estas ideas dialécticas. La principal es la contradicción, el gran motor de esta forma de entender el mundo. A partir de esta fenómeno la realidad no es estática, es decir, el dominio del mercado está lleno de estas contradicciones, las cuales pueden dar paso a modificaciones sustanciales del modelo aunque el sistema capitalista siga en pie.

La dialéctica sostiene que los modos de producción, en este caso el capitalismo ha surgido producto de las contradicciones del feudalismo. Claro en algunas regiones no existió dicho feudalismo como teóricamente lo desarrollan Marx y Engels. Pero una pista es que no fueron estáticos, las contradicciones actuales del capitalismo están llevando a un reacomodo, que aunque no hace desaparecer el sistema, sí modifica las condiciones.

El golpe más fuerte lo recibió el dogma neoliberal. Decenas de teóricos fundamentalistas vieron como sus verdades absolutas fueron ridiculizadas por las masas europeas, llegan al extremo de manipular esa valiente lucha culpando solo a los gobiernos, pero siendo incapaces de reconocer sus propias contradicciones, es decir, que el mercado no es un espíritu supremo que salvará a la humanidad.

Ha tenido que ser la crisis financiera y sus complicaciones siguientes las que nos hagan volcar la atención ante las nuevas ideas, o simplemente retoman aquellas que parecían olvidadas. Una característica de la dialéctica materialista es la crítica constante, la necesidad de cuestionar la realidad, solo de esta manera podremos alcanzar el conocimiento, la interpretación y explicación de la realidad.

La labor docente de los científicos de la dialéctica es también un factor determinante para que esta forma de conocimiento se aborde apropiadamente. Es necesario que aquellos encargados de la labor docente y de investigación dejen a un lado el radicalismo político del pasado, los aires de guerra fría deben superarse para encarar la sociedad del conocimiento, que sean capaces de abordar nuestra realidad actual desde la dialéctica.

Y para ello se hace imprescindible comprender la nueva dinámica geopolítica y económica del mundo. Los discursos del pasado deben sustituirse por la investigación y comprensión de los acontecimientos actuales, los procesos históricos que ayuden a entender esta realidad. Solo de esta manera la dialéctica recobrará su viveza, la crisis actual hizo vigente el pensamiento de Marx, la comprensión de la realidad lo demanda.

Uno de los elementos que debemos replantear es la obsesión del marxismo por los acontecimientos violentos. Hoy gran parte de las intervenciones militares comienzan con un bombardeo mediático, el control de la información y el conocimiento vienen a ser fundamentales para el control, no solo se trata de armamento y fuerza bruta, sino también de manipulación de los acontecimientos.

La lucha de clases, un concepto ya desechado por los neoliberales dogmáticos hace presencia nuevamente en Europa. La sobrexplotación de los trabajadores franceses, la política de ajuste estructural es rechazada en España, Grecia, etc. El fundamentalismo de mercado culpa al político, pero el trabajador y estudiante universitario son conscientes de la crisis sistémica que padecen.

Ese enfrentamiento no es exclusivo del tercer mundo, está presente en el corazón del primer mundo. Otro de los aspectos es el empleo de la dialéctica materialista no sólo como una lógica, sino como una forma de construir conocimiento, desde un análisis epistemológico. Las ciencias sociales aún conservan muchos elementos del materialismo dialéctico, debido a las posibilidades de construir conocimiento de la realidad social.

La producción del conocimiento será en realidad la que supere su aplicación mecánica, que no sea solo una asignatura universitaria que nos sirva para acumular conocimientos. Más allá de esto, se debe emplear de forma metodológica, no como verdad absoluta, el objetivo de las investigaciones es producir conocimiento, y precisamente la comprensión de la realidad social requiere de elementos metodológicos.

El otro elemento que se hace necesario analizar es la pedagogía de la dialéctica. En este caso que las universidades retomen su enseñanza desde la perspectiva crítica, que lleve al análisis de la realidad, contextualizando la realidad que se vive. La filosofía francesa de aquel tiempo atravesaba por dificultades, los científicos reducían su valor, esta realidad pareciera repetirse en la actualidad.

Los neoliberales rechazan a las ciencias sociales puesto que privilegian la investigación que produce ganancias. En pocas palabras el conocimiento histórico o político no debería ya estudiarse científicamente, sino dejarlo como un lujo intelectual de las élites, para que la realidad sea interpretada por un grupo privilegiado que después lo venda comercialmente, es decir, únicamente vale aquello que reproduzca la economía de mercado.

Pero la sociedad de la información también producto de la acumulación de capital, ha generado una nueva gama de tecnologías. La posibilidad de comunicación a nivel mundial a través de INTERNET abre nuevas puertas de expresión. La conciencia crítica de los científicos sociales puede generar discusión ahora mediante las TIC's. Los intelectuales críticos deben perseverar en su lucha por expresar sus ideas.

La acumulación de capital tuvo en Carlos Marx quizás a su mayor crítico y conocedor. La característica esencial de aquel momento era la revolución industrial británica, es decir el siglo XIX. Fue una época de notables avances técnicos, pero también de agudización de la explotación de trabajadores. La proletarización aceleró el proceso de descomposición feudal, y su conversión en obreros asalariados.

La burguesía dominante impulsa nuevos avances técnicos, la maquinaria británica se perfecciona y los ingleses se convierten en el mayor imperio del mundo. Solamente los Estados Unidos podrán competir con ellos. Pero lo más interesante es la contradicción fundamental del capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción en pocas manos y la masa desposeída.

Y es que los capitalistas siguen privilegiando el interés privado, en la actualidad la juventud europea demanda nuevas oportunidades, posibilidades de desarrollo y sobre todo rechaza la privatización de los servicios públicos. Al igual que la sociedad capitalista que analiza Carlos Marx en "El Capital" en la actualidad los grandes banqueros, la industria y el gobierno privilegian su interés particular, buscan recargar su crisis en los trabajadores.

Pero muchos analistas neoliberales buscan culpar al gobierno, esto para negar la contradicción que les sigue acompañando. Y es que las protestas no tienen el vigor de las luchas antisistémicas del siglo XX. La apropiación privada de los medios de producción lleva a la concentración de capital, un fenómeno que los europeos y norteamericanos están padeciendo pero especialmente los españoles se quejan de la falta de empleo.

Este país particularmente padece el haberse adherido a la comunidad europea, se encuentra en un pálido estancamiento, como el analista ruso Daniel Estulin señaló en el año 2010, lo más recomendable para ellos sería abandonar el euro, y ahora sí desarrollar su infraestructura propia. Es reconocido por ellos mismos la deficiencia de su sistema educativo, el cual se encuentra lejos de desarrollar innovación tecnológica, la cual se requiere actualmente.

La protesta europea también sirve para generar conciencia, los europeos no son ciudadanos que exalten al libre mercado como su salvación. Se han dado cuenta que los desequilibrios financieros son compensados con más explotación, otro ejemplo fue la reforma al sistema de pensiones en Francia el año pasado, y a pesar del encendido ánimo característico de este pueblo, el presidente Sarcozy y el congreso lograron implementar la reforma.

Una afirmación de Marx parece que se aplica bien: "En el capitalismo la riqueza social se convierte en proporciones cada vez mayores en propiedad de quienes disponen de medios para apropiarse el trabajo no retribuido de otros". Este extracto de "El Capital" no es nada descontinuado. Puesto que los capitalistas siguen privilegiando sus intereses particulares afectando a los trabajadores, esto ha desatado la ola de protesta en Europa occidental.

La tradición de socializar las pérdidas parece presentarse nuevamente, y esta vez no es el tercer mundo, sino que precisamente el capitalismo central el que padece sus propias contradicciones. Las ideas de este economista alemán por muchos olvidado recobran nuevos bríos. Y es que el fundamentalismo de mercado no tiene propuestas creativas para entender este proceso, precisamente porque no encuentra como justificar su dogma.

Para los neoliberales siempre el culpable de todo debe ser el Estado. Pero millones de trabajadores han comprendido que se trata de contradicciones propias del sistema, no pueden engañar al pueblo por más que reciten el proverbio neoliberal. Ellos no reclaman transformaciones revolucionarias como en el siglo XIX, solamente mayores oportunidades, que no recaiga en ellos el caos de los capitalistas, principalmente banqueros.

Entonces lo que puedo rescatar de dicho congreso francés es el redescubrimiento de la dialéctica materialista. Las contradicciones del sistema vuelven a agudizarse, los intelectuales deben contemplar ampliamente la realidad, no pueden encerrarse en los toscos manuales del libre mercado, no, los hechos demuestran que la realidad no puede comprenderse aplicando mecánicamente la teoría de Mises o Friedman a los problemas.

Precisamente el materialismo dialéctico ha contribuido últimamente a establecer nuevas interpretaciones. Las contradicciones de clase, y sobre todo la agudización de los problemas sociales requiere de puntos de vista diversos. Además la decadencia europea también da muestras de un nuevo mundo naciente, nuevos centros de poder emergen a gran velocidad.