viernes, 27 de abril de 2012

Creatividad y economía del conocimiento

La época actual ha transformado radicalmente la concepción sobre los objetivos de la educación. Anteriormente  se pensaba que el maestro era el centro del aula, y que era el único que podía controlar los conocimientos pues éstos se encontraban encerrados en bibliotecas o universidades a las que muy pocos podían acceder. En todo caso los alumnos iban a aprender únicamente a esos centros exclusivos.

Pero la revolución informática que significó la aparición de INTERNET, la masificación de las computadoras personales y los avances en ingeniería informática hizo que cada vez más personas accedieran a los conocimientos. Hoy en día las habilidades básicas para manejarse en la red global de información son accesibles a miles de usuarios, en todo caso la mayor ventaja es la facilidad de aprender rápido.

Entonces la sociedad actual se mueve constantemente en el terreno de las computadoras. Uno de los recursos más importantes es el de la innovación, es decir las naciones buscan ser más competitivas en la producción de nuevas tecnologías, y para esto se requiere ser innovador. Las mayores potencias del mundo desean sostener un papel preponderante, aunque la realidad actual nos dice que son otras las naciones que gozan de dichos privilegios.

EEUU se benefició durante años de la masiva fuga de cerebros rusos hacia el país norteamericano. Hoy estos genios son creadores de numerosos recursos tecnológicos en Sillycon Valley. Pero la realidad actual está cambiando, numerosas potencias europeas están perdiendo cerebros pues no están produciendo los suficientes, en las olimpiadas matemáticas y científicas no es extraño que sean asiáticos y rusos los dominadores.

El otro agravante es el pésimo estado de la educación estadounidense, cuyo multimillonario presupuesto no está generando la calidad suficiente para ser considerada la primera potencia mundial. Hoy Rusia y China además de otras naciones emergentes luchan por competir en el primer plano mundial. Uno de los esfuerzos materializados es Skólkovo que pretende frenar la fuga de cerebros para fomentar la innovación en Rusia.

Los chinos también muestran espectaculares avances tecnológicos y sobre todo a gran velocidad. Pero la innovación requiere de un recyrso fundamental llamado creatividad. Los profesores de ciencias exactas como matemáticas, física, informática o química deben procurar que los alumnos sean seres pensantes y creativos, que sean capaces de aportar soluciones a problemas planteados en la vida.

Por su parte los profesores en ciencias sociales como historia, economía, sociología o política, deben fomentar el pensamiento crítico y la creatividad para proponer análisis de problemas sociales, así como posibles soluciones. El recurso creativo debe estimularse desde las distintas disciplinas, pero en este artículo me voy a enfocar más en la innovación tecnológica.

Las naciones del tercer mundo carecen de un nivel de bienestar adecuado para plantearse la necesidad de la  innovación tecnológica. Muchos países latinoamericanos deben luchar contra fenómenos más locales como la inseguridad, el hambre, falta de salud y por supuesto cuando se habla de educación se refiere muy poco a la calidad, y se habla más de cantidad de personas matriculadas.

La educación tiende a ser prioritaria en aspectos básicos como alfabetización, y esta significa para los gobiernos el hecho más elemental que es leer y escribir, pero nunca se habla de que posteriormente se debe fomentar la lectura y formación intelectual completa de los seres humanos. No solamente debe tratarse de lo más fundamental, y para muchos gobiernos latinoamericanos sólo con esto basta.

Algunos países latinoamericanos grandes como México o Brasil están un poco más adelantados que el resto en materia tecnológica pero carecen de los estándares suficientes para ser verdaderas potencias tecnológicas y dejar de ser productores de materias primas exclusivamente. La educación es en estos países fundamental para dejar de ser solo exportadores de agricultura o petróleo y adentrarse en la tecnología.

Uno de los fenómenos que como docente he encontrado es que existe muy poco fomento a la creatividad y pensamiento lógico en los alumnos, y que aún prevalece la idea de que el maestro debe saberlo todo y que los alumnos son receptáculos de información. Y esta cultura tradicionalista y bastante pasada de moda es muy difícil de superar.

Los alumnos deben acostumbrarse a pensar por sí mismos y a interpretar la información para ser capaces de emitir opiniones y aprender más rápidamente. Para esto las habilidades de aprendizaje deben ser más importantes que los cúmulos de datos. La  innovación tecnológica proviene precisamente de cerebros sumamente creativos que vieron cosas que para los demás pasaron completamente desapercibidas.