sábado, 10 de noviembre de 2012

Triunfo de Barack Obama, una derrota para el conservadurismo religioso

La llegada de Obama a la presidencia de los Estados Unidos trajo una serie de grandes expectativas, algunas, casi imposibles de ver hechas realidad. Sin embargo donde existió un mayor distanciamiento comparado con su antecesor George W. Bush fue precisamente en los temas que confrontan la moral conservadora con la liberal, temas como el aborto, el acceso a los anticonceptivos, la educación sexual y la unión homosexual.

Precisamente este último tema me parece necesario discutir debido a la fuerte oposición que genera en la sociedad estadounidense y también en la guatemalteca. El férreo conservadurismo fundado muchas veces en 
la incapacidad para tolerar diferencias, moralismos demasiado sesgados o plagados de desinformación y mentiras se compaginan para generar la sociedad que tenemos, aunque afortunadamente  parece que algunas cosas irán cambiando.

Es en el marco de la sociedad conservadora, moralista, reacia al conocimiento científico de la sexualidad humana donde me parece necesario comenzar. La homosexualidad tanto en Estados Unidos como Guatemala genera especial controversia, en un artículo de Brenda Sanchinelli Izeppi propone relacionar un ambiguo proceso histórico con una realidad que tampoco es tan atinada..

El artículo se titula "Primer presidente gay" y hace alusión al apoyo que Obama manifestó antes de su reelección al matrimonio homosexual. En este plantea elementos contradictorios como "la gran influencia de los peregrinos puritanos que colonizaron esa gran nación, que fundamentaron sus pilares en la religión y creencias cristianas... fueron responsables de llegar a hacer de Estados Unidos el país más poderoso del mundo".

Por donde comenzar, bueno los Estados Unidos fueron colonizados por puritanos británicos protestantes, en donde existió una relación entre protestantismo y el capitalismo que iba desarrollándose, un marco de libertades otorgado por la corona británica y que después terminó siendo incontrolable, posteriormente desencadenaría en la guerra de independencia estadounidense.

Ya en otros artículos he explicado la religión entre religión protestante y desarrollo capitalista, y sigo considerando a Max Weber el autor ideal para entender dicho proceso. Sin embargo Brenda Sanchinelli no solo pasa por alto esos datos, sino que los manipula, puesto que pretende sostener un moralismo anacrónico, como si no hubiera contradicciones entre su religiosidad moralista y el estado laico estadounidense.

Los Estados Unidos es un estado laico, en donde instituciones como la Corte Suprema de Justicia deben ejercer su poder no sobre prejuicio religioso, sino sobre la ley racional. El actual presidente estadounidense es un abogado de Harvard que perfectamente le podría dar unas clases de legislación democrática a Sanchinelli, puesto que parece desconocer que EEUU no es una monarquía religiosa, como sí lo es el Vaticano. 

Además aunque el presidente estadounidense fuera un religioso retrógrado, como por ejemplo George W: Bush, tendría que respetar los límites establecidos por la ley. Las leyes que se aplican por un estado laico deben ser para todos, no importa si se trata de ateos, fervientes católicos, protestantes, musulmanes, secularistas, espiritistas, etc.

Otro tema es relacionar de una manera exagerada la religión protestante con la hegemonía estadounidense. Un proceso histórico no puede reducirse o minimizarse de una manera simplista tan descabellada. Sanchinelli olvida que la segunda guerra mundial fue el acontecimiento que marcó la consolidación de la supremacía estadounidense, y que los europeos debilitados tuvieron que conformarse con ser relegados.

Esto nada tiene que ver con la religión protestante que tanto defiende Sanchinelli. Además, existen una serie de acontecimiento que nos muestran variantes, el hecho que EEUU se conviertiera en primera potencia mundial no quiere decir que desaparecieran los rivales, la Unión Soviética logró convertirse en un fuerte rival militar, además Japón y Alemania siguen siendo fuertes rivales económicos como antes de la guerra mundial.

Lo que si puedo aceptar como verdadero es un proceso de decadencia en EEUU y parte de Europa. Quizás el fanatismo religioso lleve a algunas personas a querer culpar de todo a la falta de moral conservadora, de imposiciones oscurantistas que detestan el debate racional. Pero desafortunadamente para Sanchinelli, es gracias a la investigación en sexualidad que ahora conocemos muchos datos que antes considerábamos tabúes.

Las naciones de mayor progreso científico e industrial del lado occidental tienden a ser menos conservadoras en general, puesto que tienen a la mano mucha más información, aunque existen consecuencias que podría considerar negativas. Por ejemplo, en algunos países europeos la escasa natalidad es un problema muy serio, puesto que se dificulta renovar la masa poblacional.

Esto no quiere decir que en los países de primer mundo dejen de existir férreos conservadores religiosos que defienden los ideales de Sanchinelli, es solo que el Estado laico es garante de muchos estilos de vida que contrastan. Además la democracia viene a defender esos principios, pero no debe ser motivo para pretender que el estado se inmiscuya en la vida privada de las personas, a menos que se cometan delitos.

Otro punto interesante que debo citar es el siguiente "si creemos en Dios, también debemos reconocer que Él otorgó libre albedrío a cada ser humano, para tomar sus propias decisiones, de las cuales todos tendremos que dar cuenta un día". Acá quiere monopolizar el concepto de Dios para sí misma, es decir, su religión es la que debería imperar como concepto único, lo cual es válido pero solo para ella y los seguidores de su fe. Además de utilizar el gastado recurso de la amenaza de morir en el infierno.

Es cierto que las religiones prohíben la homosexualidad, pero en un estado democrático y laico debe imperar la ley, y para esto que mejor que Obama. Estados Unidos se conforma de ciudadanos ampliamente divergentes, existen protestantes, católicos, musulmanes, judíos, pero también seculares y ateos, esto no lo entiende Sanchinelli, porque su idílica visión de Estados Unidos pertenece al pasado, es anacrónica.

Y por último cabe resaltar esa visión fatalista, que pretende culpar a la homosexualidad de la debacle estadounidense. En este punto el fanatismo religioso viene a ser una pésima influencia, puesto que cierra la mente a la racionalidad, como bien lo afirma Obama, y que precisamente personas como él, que aunque discrepemos de algunas políticas suyas, es un líder culto, muy inteligente y digno de escuchar.