viernes, 18 de marzo de 2011

El Intelicidio

Hoy en día este tema es objeto de numerosa atención, y pretende dividir opiniones lo cual es muy interesante. Existen polarizaciones ideológicas y muchas veces se toman posturas malintencionadas. Pero debemos ser críticos y ser capaces de cuestionar lo que nos venden los productos comerciales, especialmente cuando se trata de información.

El capitalismo industrializado, y la concentración y centralización de capital en los países desarrollados, principalmente Estados Unidos, les da un potencial productivo muy fuerte, y una capacidad de volver a los latinoamericanos consumidores tecnológicos. No sólo se trata de un teléfono celular o una computadora, sino también de patrones culturales, ideológicos y políticos, haciendo uso al máximo de sus industrias informativas.

El intelicidio debe entenderse entonces como una reducción en la capacidad de asimilar o de procesar información, debido a la costumbre de sólo consumir lo digerido, es decir evitamos el procesamiento de la información. También nos coloca en una postura de asumir planteamientos políticos, ideológicos o culturales, sólo porque es lo que las grandes corporaciones de la información tienen para vendernos.

Entonces no se trata de oponerse o resistirse a la tecnología, sino hacer una crítica a la forma en que se utiliza en los países tercermundistas. A veces los defensores de la tecnología en una forma absurda arremeten contra quiénes critican el consumismo tecnológico o mediático, pero no entienden los argumentos, o asumen una postura ideológica demasiado sesgada ante el verdadero contenido de las críticas.

Y es que es absurdo oponerse ciegamente a la tecnología, pero también lo es no querer comprender el sentido real del intelicidio. Entonces, es cierto que el consumismo mediático y tecnológico reduce nuestro potencial intelectual si se le ve como sustituto y no como complemento. Lo que es precisamente el ideal de las élites, mientras exista un pueblo incapaz de cuestionar, será incapaz de exigir sus derechos.

Entonces los productos de consumo, como el Internet(es una excepción a veces), los medios de comunicación, el Discovery Chanel, etc; por supuesto que pueden ser auxiliares muy útiles en el aprendizaje si se les sabe utilizar. Pero jamás serán sustitutos de un proceso de formación académico o intelectual. Ya que tienen la desventaja de que no desarrollarán ninguna capacidad en los espectadores, precisamente porque serán sólo eso, espectadores.

Para tener un verdadero proceso de formación académica no se pueden eliminar los libros. Es necesario emplear todos los recursos que tengamos a nuestro alcance. Por supuesto que el Internet, si se sabe utilizar, es una herramienta valiosa para adquirir conocimientos, aprender más y tener acceso a discusiones, libros, artículos especializados, etc. Es una gran herramienta, pero no perdamos de vista que es un producto de consumo, y el fin es eso el consumo.

Hoy en día se habla de economía del conocimiento, de la sociedad de la información, debido a la revolución tecnológica que las TIC's han traído al mundo. Pero simultáneamente se habla también de intelicidio, de matar la inteligencia. Entonces se debe ser un poco más inteligente y saber aprovechar lo que nos pueda servir en esta llamada tercera revolución industrial.

Es necesario que seamos capaces de entender que estos procesos industriales no deben verse como "buenos" o "malos", o adaptarlos a una postura ideológica, o decir sólo lo que me conviene, o por defender a la institución a la que pertenezco. Son procesos que tienen una razón de ser, y tienen una finalidad no necesariamente positiva o negativa. Pero que si traerán cambios a las sociedades que los experimenten.

Para nosotros en países tercermundistas es un privilegio tener acceso a Internet, o a ciertos medios de comunicación. Entonces debemos entender que la tecnología es producto de un proceso de desarrollo. Que su objetivo es quizás convertirnos en consumidores e incrementar nuestra dependencia intelectual y tecnológica, es cierto. Pero también puede ser una herramienta para aprender más, e incluso expresarnos.

La era del conocimiento ciertamente es producto del desarrollo capitalista. Sin embargo, por la misma razón está relacionada con el incremento del consumo, esto tiene como consecuencia una mayor dependencia de los países subdesarrollados hacia las potencias tecnológicas. Vemos como ese círculo vicioso nacido en la división internacional del trabajo, no logra terminar de romperse.

Por supuesto que es necesario destacar también la mayor posibilidad de expresión que nos brinda la INTERNET, y de cómo podemos utilizar este medio para contrarrestar las "verdades absolutas" que nos venden las corporaciones de la información.







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