Hoy en día es muy común polemizar sobre la calidad académica de nuestros sistemas educativos. Y es que los procesos de globalización, o sea la expansión del capitalismo a todo el mundo ha tenido repercusiones sobre los llamados países subdesarrollados. La propaganda mediática señala que las aperturas comerciales y la competencia internacional son la única manera de conseguir el anhelado desarrollo para nuestros pueblos tercermundistas.
Esto nos lleva a darle gran valor a los llamados estándares internacionales, y a la competitividad y productividad científico-tecnológica. Los grupos defensores del libre mercado, tanto académicos, como medios de comunicación, etc ven en la educación un potencial de mercado muy fuerte. Pero no sólo como negocio, sino que también en términos de incremento de la productividad basados en mejorar la llamada calidad educativa.
Sin embargo, este término de calidad y de alto nivel académico tiene ciertas particularidades. Por un lado critica las posturas ideológicas, ya que considera al mercado como único medio para el desarrollo. Rechaza la existencia de ideologías, pues son para ellos un absurdo ante hechos como el fin de la guerra fría y el llamado triunfo del modelo neoliberal.
También apuesta a la educación con una visión empresarial, es decir la escuela como una inversión, que es generadora de capital. Esto en un marco de competitividad, es decir constantemente nos comparan con otras naciones más desarrolladas, cuyos modelos educativos tienden a ser mas avanzados. Y se justifica según ellos, porque es la único manera para generar desarrollo.
Ciertamente considero que la educación debe dar saltos de calidad. Pero debemos entender que no se trata de imitar modelos, ni tampoco de idealizar naciones porque conviene a nuestros intereses. La visión empresarial critica la ideologización, pero ¿acaso no es ideologizado decir que no existe otra vía al desarrollo?. Esto convierte al sistema educativo en creador de fuerza de trabajo reproductora de una visión ideológica sesgada.
No creo que la calidad deba estar asociada a una reproducción ideológica, sin embargo se reproduce, pero sus objetivos no deben cerrarse a generar capital. Ya que también puede tener una función liberadora. Cada país tiene características distintas. Los latinoamericanos ciertamente tendríamos dificultades para competir en el plano internacional o para parecernos a ellos.
Pero esto no debe ser nuestra meta, la visión empresarial constantemente nos compara con las naciones que éllos llaman prósperas. Pero el copiar modelos no necesariamente significa mejorar. La educación puede ser mas que habilidades técnicas e intelectuales dirigidas a la competitividad empresarial. Debe darnos herramientas para la reflexión, el cuestionamiento y para esto no puede aceptarse el pensamiento único.
Así que no nos engañemos. Mejorar va más allá de las habilidades, que son por supuesto una parte crucial en un sistema educativo. Deben tomarse en cuenta los valores culturales de cada país. No se trata de homogeneizar al mundo a los patrones de países hegemónicos, aunque puedan existir elementos similares que nos puedan ayudar. Pero esto es una lección que tendrán que aprender esas oligarquías que idelizan al primer mundo tan ciegamente.
Precisamente una buena educación promueve las habilidades de cuestionamiento, de crítica, de reflexión. Respeta las creencias de cada país, no privilegia una visión de competitividad, sino que debe proveer elementos verdaderamente integrales. Es decir que tengan en cuenta las habilidades tanto numéricas como verbales, además de comunicacionales, etc. Pero también la expresión libre y la promoción al desarrollo de la crítica.
La promoción del libre mercado y la competitividad también deben ser objetos de discusión y cuestionamiento. Debemos eliminar esa idea romántica de que es la solución única, también se debe respetar el derecho a las ideologías y a las creencias de cada nación. Ya que la imposición de modelos por la fuerza y su idealización obsesiva y poco fundamentada lo único que causarán será repudio y ánimo de lucha.
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