La República de Irán, antiguamente conocida como Persia alberga una rica historia cultural. El desarrollo matemático y filosófico floreció en esta tierra durante el medioevo, época en que Europa se mantenía con múltiples restricciones en el terreno intelectual. Los textos griegos fueron traducidos a lengua árabe, y los iraníes constituyeron una de las naciones más adelantadas de aquella época.
Numerosos matemáticos perfeccionaron el álgebra y la aritmética. Las bibliotecas iraníes se transformaron en importantes depósitos de la cultura. Desde aquel tiempo esta nación ha evolucionado en diferentes momentos históricos. Fue perdiendo ese protagonismo, y recientemente vuelve a cobrar importancia. La revolución islámica de 1979 constituyó el triunfo del Ayatola Jamenei, y marcará una profunda transformación del país.
La revolución islámica transformó a Irán en una potencia emergente de carácter estratégico. Su importancia no solamente ligada al petróleo, que sigue siendo una fuente de riqueza, pero también se perfila como una destacada potencia tecnológica, pero para lograr esto a requerido de un programa nuclear, que le permita reducir su dependencia del recurso petrolero.
Irán se ubica en el medio oriente, una región estratégica para las potencias occidentales. Sus abundantes recursos petroleros proveen una considerable cuota de regalías al estado. Además la reciente invasión estadounidense a Irak, un vecino hostil para los iraníes, y que mantuvo una relación amistosa con los estadounidenses, terminó rompiéndose cuando se produjo la invasión a Irak en 2003, con EEUU e Inglaterra como protagonistas.
La ambición de las potencias occidentales terminó restando protagonismo a los esfuerzos imperialistas de Sadam Hussein. El resultado termina siendo el incremento de relevancia internacional para la nación persa, encaminada a convertirse en una nueva potencia tecnológica, esto lo especificaré con datos mas adelante. Aunque la relevancia petrolera es indiscutible, la posición geográfica también lo convierte en relevante para el futuro del mundo.
Su rivalidad con Israel es un motivo de preocupación. Los sionistas ven como una amenaza el fortalecimiento de la nación persa, puesto que podría llegar a contrarrestar las ambiciones imperialistas sionistas, que constantemente lo llevan a hostigar a la franja de gaza. Además el choque de las dos naciones es una confrontación de credos radicalizados, tanto del Islam como del judaísmo.
La radicalización se ha venido acentuando con los años, los israelíes mantienen una relación fuerte con EEUU, no solamente en el plano militar, también en inversiones. Los iraníes han fortalecido últimamente su histórica relación con Rusia, un lazo que inició décadas atrás. La relación hostil que mantienen con los occidentales los lleva a refugiarse en el apoyo de los rusos.
El otro actor de peso en esta relación es el acercamiento a China. Ambas potencias, una euroasiática, y otra asiática permiten a la nación islámica un respaldo diplomático y tecnológico fundamental para su consolidación como potencia emergente. Mientras existan estos gestos de respaldo será muy poco probable que las potencias occidentales se atrevan a agredir militarmente a la nación islámica.
Los rusos y chinos constituyen un fuerte contrapeso para occidente. Ambas potencias buscan consolidarse como un contrapeso ante las potencias occidentales, principalmente EEUU, Francia e Inglaterra. Irán es un país estratégico para contrarrestar las amenazas principalmente de estadounidenses e israelíes a la estabilidad de esta convulsionada región.
Entonces esta relación triangular representa no solamnte un vínculo de defensa contra agresiones, también sirve a rusos y chinos para crecer en protagonismo internacional, como países autónomos que definen sus propias relaciones, con los países que consideran convenientes, aún cuando estos representen un peligro para las naciones occidentales.
Las potencias occidentales ven con mucha preocupación la alianza con rusos y chinos, puesto que se trata de poderes armamentísticos de gran tamaño. Y son capaces de contrarrestar la fuerza militar occidental, por lo menos para evitar la política agresiva unilateral de algunas potencias occidentales, principalmente EEUU caracterizado durante los últimos años por las agresiones unilaterales, que buscan presumir su privilegio de potencia hegemónica. La nación islámica también se caracteriza por una organización política particular, en donde el ayatola es un poder excepcional, pero existen elecciones libres, una democracia representada por un gobierno similar a occidente, con un presidente al frente.
Esto los diferencia de otras naciones árabes donde permanecen las monarquías que se prolongan eternamente en el poder. Además de tener más libertades que otras naciones árabes, esto contrasta radicalmente con la intensa campaña de desprestigio que se lleva a cabo en la actualidad por los monopolios informativos de occidente, que se orientan cada vez más a la desinformación y a la manipulación.
Un acontecimiento relevante en la actualidad es el protagonismo creciente de las potencias emergentes, que ganan terreno mientras las viejas decaen. Es el caso de una Europa decadente, mientras las naciones asiáticas se encuentran en pleno apogeo. En este caso cobran importancia Rusia, una nación de enorme superficie, que abarca parte de Asia y de Europa oriental, es quizás la más importante por su capacidad bélica y peso político.
Los rusos se encuentran ante un mundo distinto al experimentado durante la guerra fría. La relación con los estadounidenses ya no es tan tensa, y la cooperación ha sustituido bastante a la rivalidad de años anteriores. Pero su amistad con Irán sigue generando división de opiniones, puesto que se mantiene la cooperación con estos para consolidar su programa nuclear.
También han sido los rusos quienes con más agresividad han desafiado la amenaza estadounidense contra la nación persa. Esta relación ha conformado un contrapeso contra la hegemonía occidental y provee a Dimitri Medviedev y principalmente Vladimir Putin una relevancia crucial para el futuro del mundo. Además la relación entre Irán y Rusia ha motivado la participación de otras naciones emergentes. Una de ellas es Brasil, que ha defendido el programa nuclear, y que se perfila como una nación de peso. Y la más llamativa es Venezuela, una potencia petrolera, su líder Hugo Chávez ha consolidado la cooperación con los iraníes, esto contribuye a fortalecer un nuevo mundo multipolar, donde los países ya no son títeres de los capitales centrales.
La historia de Irán es relevante porque provee memoria, la cual es necesaria en este mundo acostumbrado a olvidar con rapidez. Los matemáticos iraníes fueron de calidad mundial en el pasado, no es novedoso que en la actualidad estén considerados entre los mejores del mundo, puesto que en parte es un elemento de su historia, de la cultura árabe, persa y oriental.
El desarrollo tecnológico está expresado en varias áreas. Una de ellas es el programa nuclear, pero también incluye el espacio. El desarrollo satelital es uno de los logros más llamativos de los últimos años. En el pasado esta carrera estuvo reservada para estadounidenses y rusos, en la actualidad múltiples naciones asiáticas se integran con fuerza a esta carrera tecnológica, una de ellas es Irán.
Los iraníes han comprendido la importancia de la educación en la sociedad del saber. Esta nueva dinámica es producto de la revolución en el terreno de las telecomunicaciones, que pone por delante a la ciencia y la tecnología. La nueva base económica debe sustentarse en productos con mayor valor agregado, los iraníes a pesar de las críticas internaciones, son toda una demostración.
El petróleo como materia prima fundamental para la sociedad capitalista seguramente les garantizará ingresos millonarios por un par de décadas más. Alternativamente el desarrollo de energía nuclear servirá para sustituir la dependencia de este recurso no renovable. Pero para poder reducir las exportaciones petroleras se hace necesario crear una base tecnológica, y para ello son esenciales: el programa nuclear y la educación.
El programa nuclear cuentra con numerosos recursos humanos altamente calificados, además de soporte ruso. Los reactores iraníes constituyen el inicio de un proyecto que busca la soberanía energética y el desarrollo tecnológico. Para los rusos, un sólido mercado para proveer su tecnología, además de un aliado estratégico en el oriente medio, que contiene la hegemonía estadounidense.
El terreno satelital es otra muestra de inversión, pero fundamentalmente de recurso humano calificado. Esta ha sido una de sus mayores preocupaciones, para conseguir ser relevante en este terreno son indispensables algunas disciplinas científicas, como la matemática y la física. Contar con especialistas en este terreno es vital para renovar la cantera de científicos y darle continuidad a estos programas.
La formación de estos científicos habla de la calidad de los centros de enseñanza iraníes, no se trata únicamente de apoyo externo, sino de capacitación de personal local. Los inicios son lo más relevante. Irán viene destacando desde hace algunos años en las olimpiadas internacionales de ciencia, resalta su participación en matemática, consiguiendo hasta el momento 31 medallas de oro.
Es una de las naciones más competitivas, mientras EEUU depende cada vez más de científicos extranjeros, y cuenta con un sistema educativo deficiente, los iraníes comienzan a formar sus propios cerebros, que desfilan entre los más prometedores mundialmente, compitiendo con chinos, rusos, surcoreanos, norcoreanos, taiwaneses y vietnamitas, todos referentes mundiales en esta área del conocimiento.
Pero las olimpiadas son solamente un ejemplo entre muchos otros. La creación de universidades de forma masiva es otro ejemplo. El inminente aumento de estudiantes universitarios, específicamente en el área de doctorado es una muestra del enorme progreso educativo de esta nación. Precisamente como afirman sus enemigos, de que la educación es la base del desarrollo, parece que los iraníes están entre los que aprendieron la lección.
Un dato interesante es el incremento de las publicaciones científicas de Irán, como lo señala Irán Radio Culture: "Irán ha logrado incrementar el número de publicaciones científicas, con 17000 artículos se encontraban en el puesto 24 mundialmente": Constituye un excelente puesto si tomamos en cuenta que aún es un país considerado en vías de desarrollo, y más importante aún, es que superará a otras naciones desarrolladas.
Esto es lo que vuelve llamativa esta dinámica en el desarrollo iraní. Mientras este país tercermundista avanza a pasos agigantados en la formación de cerebros de calidad mundial, numerosas potencias occidentales decaen año tras año, y dependen demasiado del talento externo, una fuente que tarde o temprano dejará de beneficiarles, pues estos puede que algún día encuentren mejores posibilidades en sus países de origen.
Existe una buena ubicación de los iraníes dentro de las principales potencias tecnológicas, toma mayor interés saber que al superar a muchas naciones del primer mundo, derriba el mito de que es obligatorio pertenecer al primer mundo para producir ciencia. Solo que quizás no todos los países subdesarrollados puedan darse el lujo de estas inversiones precisamente por los problemas sociales que les aquejan.
Me llama la atención que los iraníes sean capaces de desarrollar universidades de alto nivel internamente, puesto que será su oportunidad para masificar el crecimiento de esta masa de cerebros, nuevos talentos que evidencian el progreso educativo de la nación persa. El aumento de centros educativos multiplicará el conocimiento y esto fortalecerá el desarrollo tecnológico, y el protagonismo internacional de Irán.
Con más de 100,000 alumnos de doctorado los iraníes superan con facilidad a la mayoría de países latinoamericanos, incluso a los que cuentan con poblaciones superiores. Estos se encuentran focalizados en un programa de desarrollo tecnológico que incremente el grado de independencia de esta nación, lo cual es visto como un peligro para occidente por varias razones.
La primera de ellas es que para Occidente no es nada conveniente un Irán independiente, es decir poderoso tecnológicamente. Porque su mayor capacidad científica también elevará su potencial bélico, y la política autónoma del ayatola Jamenei no es nada favorable a los intereses occidentales. Los estadounidenses y europeos perdieron a un aliado estratégico que estuvo garantizado antes de la revolución de 1979.
El otro aspecto aún más interesante es su hostilidad hacia Israel, el incremento de posibilidades de los iraníes para competir militarmente con los israelitas inquieta a todo occidente. Los judíos sionistas radicales amenazan todo el tiempo con sus expansiones imperialisas, los ataques contra el pueblo palestino y amenazas hacia el mundo árabe, especialmente Irán, que se convierte en su adversario más poderoso.
La rivalidad entre iraníes y judíos sionistas parece estar dando ventaja a los primeros en el área intelectual, aunque en lo bélico sigue favoreciendo a los israelíes. Esta incursión es peligrosa para Israel, puesto que será cuestión de tiempo para que la nación islámica pueda competir con su enemigo en el terreno militar, y que los riesgos sobre el estallido de un conflicto se incrementen día a día.
El radicalismo entre sionistas e iraníes es muy peligroso, abarca no solamente hostilidades de carácter religioso, sino fundamentalmente político. Llega al extremo de la muerte, y por tanto, de que al estallar una guerra entre ambos necesariamente las potencias del mundo se verían obligadas a intervenir para defender sus intereses particulares, y teniendo como recurso de por medio el petróleo, la catástrofe sería mundial.
El nacimiento de la potencia iraní es símbolo de un mundo multipolar, en donde no existe la hegemonía concentrada en una sola nación(es un proceso aún), pero esto no significa mayor paz, sino posiblemente todo lo contrario. Se trata de la mayor independencia de las nuevas potencias y la pérdida de influencia de las viejas, que en la dinámica construyen alianzas que rivalizan con el orden existente.
De por sí los acercamientos de chinos y rusos a naciones como Irán y Corea del Norte son una muestra de actitud desafiante de estas potencias ante los mandatos imperiales. Las exigencias occidentales no los alejan de relaciones históricas. Además la participación de Venezuela, que con menor fuerza, pero es un abastecedor de petróleo estratégico para EEUU, además de ser la mayor reserva petrolera.
A esto hay que agregar el despegue brasileño y su acercamiento con Irán y Venezuela, otra posición desafiante, puesto que no es del agrado de los capitales centrales. Esta es la nueva dinámica del mundo, en donde no existirá la unipolaridad y las nuevas potencias son conscientes de su papel en el nuevo esenario global, para ello no dudan en aliarse de múltiples formas.
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