martes, 4 de octubre de 2011

UFM: Una nueva forma de dogmatismo

Este artículo pareciera una crítica directa a una institución de educación universitaria de Guatemala. Pero en realidad se trata de un análisis de sus principales intelectuales, especialmente aquellos que copan los medios de comunicación de este país. La Universidad Francisco Marroquín es en la actualidad la principal vocera del neoliberalismo, además sus economistas ocupan la mayoría de espacios en los medios de comunicación.

Esta institución básicamente se dedica a reproducir la filosofía económica del libre mercado. Especialmente rinden homenaje a Ludwing von Mises, Milton Friedman y Hayek como sus mentores. Les dedican monumentos o colocan sus nombres a bibliotecas y salones. Ahora, en sí quiero precisar los nombres de sus principales voceros, y la descripción de un rivalidad entre posturas teóricas, o mejor dicho entre dogmas.

Durante la guerra fría se polarizaron los discursos tanto capitalistas como socialistas. La rivalidad entre EEUU y la Unión Soviética se reprodujo en el tercer mundo, parecíamos los títeres de las dos superpotencias. Ambos apoyaron con armamento y adoctrinamiento a sus subordinados, en general los países tercermundistas terminaron pagando el precio de la confrontación asesinándose entre ellos mismos.

El fin del socialismo real condujo a la extensión del neoliberalismo, entonces los teóricos de la Universidad Francisco Marroquín comenzaron a ganar protagonismo, los hechos del mundo parecían darles la razón. En aquel momento Rusia y China se encontraban en plenas reformas internas, y la izquierda internacional comenzó un proceso de decadencia. El discurso de Fukuyama en el "Fin de la Historia" parecía la nueva biblia del mundo.

Durante la última década el rector de dicha institución Manuel Ayau junto con otros discípulos como Jorge Jacobs, Fritz Thomas, José González Merlo o Hugo Maúl han extendido sus ideas participando en los espacios de televisión y prensa escrita. Su discurso se empezó a convertir en una verdad absoluta, es decir en un catecismo, algo que también ocurrió a los marxistas en el pasado y que terminaron pagando caro.

Para estos personajes el mercado pareciera no tener fallas, mientras el Estado resulta ser culpable de la desgracia social. Aunque estas palabras parezcan simplistas solo son una reproducción de los discursos de estos economistas. En la actualidad esta economía de mercado atraviesa por contradicciones agudas, la crisis financiera y social que afecta al primer mundo ha generado un verdadero dolor de cabeza a los neoliberales.

Estos teóricos han encontrado en los hechos actuales un verdadero dolor de cabeza, la crisis financiera de 2007 - 2008 condujo a la adopción de medidas neokeynesianas, es decir, una absorción estatal de capitales privados. Aunque numerosos teóricos atinadamente han señalado que la privatización concebida por los neoliberales solo se aplica en el tercer mundo, puesto que en Norteamérica y Europa se han mantenido intervenciones del Estado, solo que ahora parecieran ser mayores.

Y es que el neoliberalismo en el primer mundo no se aplicó de una forma tan agresiva. A pesar de esto el gobierno de EEUU y las potencias europeas se han lanzado en una ola de rescates financieros. Pero los teóricos de la UFM asumieron una postura previsible, ajustaron la realidad a su concepción ideológica, es decir, se interpreta la realidad a manera que el manual no falle, esto se conoce como dogmatismo académico.

No tardaron en criticar a los gobiernos, puesto que para el neoliberalismo dogmático son siempre los responsables de las desgracias de todos. Los empresarios o capitalistas siempre deben resultar ilesos. Pero será necesario el debate de algunas ideas puntuales de estos teóricos, el más influyente de ellos fue Manuel Ayau, uno de los fundadores de esta institución, e incluso lideró un proyecto derechista que buscó una reforma constitucional.

Son numerosas sus publicaciones, un elemento fundamental reside en la crítica a los líderes políticos, una primera afirmación interesante es considerar que "el mercado es el único sistema que puede sacar a un país de la pobreza, es un orden espontáneo en el que se respetan los derechos individuales". Esta es una afirmación dogmática, principalmente porque se refiere al mercado de forma idealista, es decir una categoría perfecta en teoría.

Los países capitalistas y socialistas que lograron niveles de bienestar material para sus ciudadanos o habitantes han mantenido un estado que apoya a los más pobres, principalmente mediante servicios públicos de calidad. Los países del primer mundo mantienen un orden jurídico, no solamente para regular la relación entre gobernantes y gobernados como señalan los liberales del siglo XVIII, sino que también para evitar los abusos de los capitalistas, Ayau no menciona que fue en los países industrializados donde surgieron las manifestaciones obreras que permitieron la creación de leyes laborales.

Entonces "el mercado" por sí solo no genera por acto de magia beneficios para todos, este esquema no se aplica a ninguna nación del mundo, puesto que siempre existe de alguna u otra forma un sistema de servicios públicos y una legislación que controle a los empresarios para que no abusen de los trabajadores. Si ese mercado no estuviera regulado por leyes, no se respetarían los "derechos individuales".

La crítica hacia los políticos es constante, y regularmente rechaza los análisis históricos profundos, puesto que prefiere el análisis mecánico y simplista, señala en su artículo "Qué fácil": "La diferencia de prosperidad estriba en el sistema que rigió las actividades económicas que produjeron la riqueza y no en los hombres". Esto quizás expresa un favoritismo hacia EEUU o su proceso histórico, pero oculta que en Latinoamérica fue precisamente el sector criollo quien no pudo salir del esquema latifundista, y sobre todo que sufrió el asedio británico y posteriormente estadounidense, el cual continúa en la actualidad.

Otra afirmación cuestionable de Ayau consiste en rechazar la existencia de ideologías, pero mantener principios ante todo ideológicos, es decir, es una contradicción. El dogmatismo en este caso consiste en rechazar u ocultar la defensa particular de un credo político e ideológico, es decir, el libre mercado. Ante esto Ayau privilegia los principios teóricos del libre mercado ante la realidad de las naciones y sus procesos históricos particulares.

Manuel Ayau mantuvo la influencia ideológica del liberalismo político clásico, es decir, no puede negar la necesidad de leyes en un estado. La teoría liberal ciertamente es aplicada en países industrializados, como Norteamérica y Europa Occidental, pero oculta el proceso particular latinoamericano, en donde nuestras "revoluciones liberales" no impulsaron un capitalismo independiente, sino que legitimaron con leyes un estado oligárquico dependiente, todas estas son contradicciones entre la teoría y la realidad histórica.

Otro elemento dogmático interesante tiene que ver con la corrupción, este tema es muy común en la región latinoamericana, puesto que los voceros del libre mercado proclaman que "la corrupción de los políticos es la culpable de nuestro fracaso". Esto para que la élite empresarial evada su responsabilidad, es decir busca a quien culpar, y como particularmente los teóricos del libre mercado señalaron este elemento en sus manuales pues los teóricos de la UFM como Ayau lo sostuvieron.

Para Ayau la corrupción es causada por la intervención estatal, es decir que puede solucionarse excluyendo a los políticos de las actividades económicas. Sin embargo acusa a los países socialistas de generar más corrupción, lo curioso es que la legislación y otras acciones existen precisamente porque los capitalistas no respetan los derechos individuales que proclama Ayau, además de ser cómplices de la corrupción que tanto critican.

Muchas normas fueron creadas para evitar el abuso de empresarios monopolistas o corruptos que a falta de regulaciones arrastraron a la miseria a miles de personas, y esto ocurrió en países del primer mundo como Inglaterra o los mismos EEUU. Entonces el dogmatismo también consiste en negar las realidades históricas, estas naciones son prósperas económicamente, pero esa sociedad libre de Ayau es aún un "concepto teórico".

Las ideas de Manuel Ayau generalmente son abiertamente reproducidas como una especie de verdad. Es decir, se cae en un culto al caudillo, lo cual genera que sus seguidores sean abiertamente dependientes intelectualmente de su líder. Esta es una característica de los discípulos de las escuelas, se trata de idealizar al líder, precisamente lo que el mismo Ayau criticó de los países socialistas es reproducido por sus discípulos cercanos.

Y es que lo riesgoso en una universidad es permitir que una sola persona tenga tanta influencia intelectual sobre sus discípulos. Esto porque castra la libertad de pensamiento de sus intelectuales, precisamente se contradice el principio liberal. Y es que entonces se convierte en una reproducción dogmática de las ideas liberales, en donde no se respetan las verdaderas libertades que deben estar garantizadas en la constitución de todo país democrático.

Este personaje fue entonces el caudillo intelectual de la UFM, aún sus ideas se reproducen en los medios abiertamente. Los problemas nacionales e internacionales tienen solución únicamente mediante la aplicación disciplinada de un modelo teórico, es decir, que no existe en la realidad, sino que es producto de muchas horas de pensamiento en un escritorio. Desafortunadamente la realidad particular de nuestros países rechazaría fácilmente esas disposiciones, que objetivamente fueron plasmadas en un proyecto llamado Prorreforma, el cual fue rechazado en el congreso de Guatemala hace unos años.

Un discípulo de Manuel Ayau ya mencionado es el periodista Jorge Jacobs, quien es un ejemplo mucho más claro de lo que es el dogmatismo académico. Es columnista del mismo periódico en el cual escribió Ayau, tiene menos influencia intelectual puesto que se considera su alumno, sus publicaciones contienen críticas reiteradas contra los gobiernos, especialmente los izquierdistas y social demócratas, además de promocionar Prorreforma.

Sus columnas expresan sintéticamente un repudio hacia la izquierda latinoamericana, especialmente al presidente venezolano Hugo Chávez. Además de criticar constantemente al gobierno, acusarlo de corrupto e inepto, además de rechazar toda responsabilidad de los sectores empresariales en las crisis. También es destacada la crítica contra los impuestos particularmente aquellos que afecten al sector empresarial, y al salario mínimo en la ley.

Todas las ideas concuerdan de forma mecánica con las de su mentor Ayau, este es uno de los ejemplos más claros de dogmatismo, cuando existe excesivo respeto en donde desaparece la libertad de pensamiento, es como castrar el intelecto. La libertad entonces se convierte en una categoría vacía ajustada al interés particular de unos pocos, contrario a los intereses individuales, es decir los verdaderos principios libertarios.

Entre los artículos de Jacobs sobre el proceso venezolano destacan los señalamientos puntuales, uno de ellos referente al referéndum de 2007, en donde los chavistas buscaban reformar la constitución de 1999. El triunfo del NO fue celebrado por toda la derecha latinoamericana como si se tratase de una victoria propia, este periodista sin embargo señaló que "El resultado del referéndum en Venezuela fue una sorpresa para casi todos. No tanto porque haya ganado el "No" sino porque Hugo Chávez lo permitiera y lo aceptara".

Es interesante esta declaración puesto que directamente ronda el dogmatismo y el fanatismo. Jorge Jacobs pone en duda la transparencia de las elecciones en Venezuela si se trata de una victoria del gobierno, pero cuando es una derrota, entonces si se trata de la "verdad". Este tipo de declaraciones pueden contener también una dosis de resentimiento ante el rechazo a la propuesta de su mentor Ayau.

El fanatismo de Jacobs lo ciega de la realidad, ve con pesimismo cualquier acontecimiento ocurrido en Venezuela, las derrotas del gobierno las asume como victorias propias. Las declaraciones de este periodista buscan ante todo satisfacer una postura política liberal conveniente, pero basada en resentimiento y fanatismo, no realmente en análisis crítico de la realidad, el proceso venezolano ha sido apoyado por las mayorías, esto molesta a muchos neoliberales.

En un artículo publicado por este mismo periodista rechaza su postura dogmática. La cual fue planteada por una estudiante de la UFM, principalmente sobre los discursos de Al Gore sobre el calentamiento global. Para Jacobs este tema es una intervención de los políticos, aunque se ajusta más a una simpatía con la extrema derecha estadounidense, solamente trata de reproducir ese mismo discurso.

Uno de los problemas de la UFM y otras universidades en Guatemala tiene que ver con la copia de modas teóricas o ideologías "made in USA" o "made in Europe", la copia del discurso es sinónimo de modernismo, de vanguardia, pero solamente es un espejismo. Este problema estructural tiene que ver con el carácter colonial de Latinoamérica y la imposición de las ideas europeas y posteriormente norteamericanas.

El dogmatismo en esta universidad no se acepta como realidad pues se cree poseer un discurso favorecido por los líderes políticos y empresariales que a juicio y conveniencia de ellos son exitosos. En el mundo de "libre mercado" no existe opinión válida si esta no concuerda con los manuales de Von Mises, Hayek y demás. Este error solo puede combatirse abriendo la posibilidad de interpretar la realidad de diversas formas.

Se necesita superar la dependencia hacia los caudillos intelectuales que dirigen las ideas de una institución. Las universidades deben caracterizarse precisamente por generar capacidad de interpretación de la realidad, esto no se encuentra en un manual simplificado y mecánico, puesto que solamente provocará adoctrinamiento como sucede con la religión.

Los fanáticos neoliberales no se encuentran solamente en esa universidad, sino que se cuentan por decenas alrededor del mundo. Otro factor lamentable en la región latinoamericana aprovechado por estos tiene que ver con los monopolios informativos. Es muy complicado obtener datos reales y opiniones variadas sobre temas históricos, políticos o económicos, el discurso de "fundamentalismo de mercado"copa muchos espacios.

Este último término "fundamentalismo de mercado" ha sido acuñado por intelectuales de izquierda para designar a aquellos neoliberales que creen en las palabras literales del manual, en donde no existe relación con la realidad. Esto como lo pudimos ver sucedía con Manuel Ayau, para quien el mundo giraba en torno a las ideas de Von Mises y Hayek, no existía otra forma de ver las cosas.

El dogmatismo académico fue una estrategia de los derechistas precisamente para desprestigiar a las teorías de izquierda, principalmente el marxismo, pero en la actualidad ese círculo vicioso se apoderó de la derecha. No niego que los intelectuales tengan derecho a asumir posturas políticas, en el caso de la UFM los profesores son pagados precisamente para representar los intereses de los principales grupos empresariales, esto no es nuevo.

El problema realmente no es ese, sino la interpretación mecánica y absolutizada de ciertos manuales aún cuando muchas veces no concuerdan con la realidad. Es un error también de algunos marxistas, cuando en realidad los acontecimientos no pueden interpretarse refugiándonos en un simple manual que podría estar descontextualizado. La interpretación de los hechos requiere de múltiples puntos de vista, y no se asienta en manuales simplistas.

En este país al igual que otros en Latinoamérica existen monopolios informativos, esto limita la capacidad de discusión, los periódicos serios son pocos, puesto que prefieren dejarse llevar por el amarillismo de los acontecimientos violentos o sensacionalistas. Esto termina siendo una desventaja para la población que desea informarse, puesto que las opciones son muy pocas.




















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