domingo, 24 de marzo de 2013

El esquema memorístico de nuestra educación aún hace daño

Decidí escribir este artículo puntualizando experiencias propias en el terreno docente, sobre todo con estudiantes de bachillerato en el área de programación de computadoras. Tuve la oportunidad de impartir clases en esa asignatura el año pasado, y me encontré con la dificultad de la escasa costumbre de nuestros estudiantes de bachillerato para el razonamiento lógico, tanto el verbal como el matemático.

Es un reto pues se hace necesario el estimular poco a poco la creatividad y lógica matemática a los alumnos. Mi país se encuentra muy rezagado en materia tecnológica por múltiples razones, pero una de ellas es el nivel de nuestra educación. En este tema intervienen diversos factores a tomar en cuenta.

Mi experiencia personal como estudiante tuvo a la memoria como gran protagonista. Si bien es una capacidad muy valiosa existía muy poco estímulo a la creatividad y el desarrollo lógico de ideas, en este caso me refiero al nivel primario exclusivamente . Entonces el esquema memorístico comienza en la etapa elemental, la maestras de este nivel regularmente no cuentan con estudios universitarios, y no asumen la responsabilidad de seguir preparándose una vez han conseguido una plaza.

Este esquema se caracteriza por llenar de información la cabeza de los estudiantes y no darles la oportunidad de pensar por sí mismos. Las matemáticas podían aprobarse manejando el procedimiento de las operaciones básicas, existía muy poca comprensión en el manejo de números, además el nivel de razonamiento matemático era realmente  muy bajo, el tiempo generalmente se ocupaba en actividades mecánicas y no lógicas.

En los temas de idioma español e historia también los procesos mecánicos eclipsaban totalmente el proceso lógico y creativo. Muchas veces la maestra prefería que ocupáramos tiempo transcribiendo mecánicamente una lectura a un cuaderno, y las clases de historia solo daban prioridad a las fechas y los nombres de los grandes personajes pero nunca a la comprensión de los hechos o al pensamiento crítico.

Este esquema de finales de los años noventa parece que en parte no ha sido superado a pesar de los esfuerzos hechos por universidades y por nuevas propuestas educativas ya sea que provengan del Estado o de iniciativas privadas. Los alumnos de bachillerato tienden a aprender aritmética con muy poca comprensión de los números en general. Esto les dificulta la comprensión de problemas más complicados.

En el área de programación de computadoras(clase que impartí durante un tiempo), la lógica matemática es una de las disciplinas más importantes si verdaderamente se quiere llegar a desarrollar software. Una manera de estimular es con la búsqueda de soluciones a problemas sencillos, pero que exijan ejercitar la capacidad creativa. Ante todo se verán obligados a razonar y aplicar sus conocimientos de matemática de una manera innovadora o más creativa.

Pero para que un profesor demande mayores capacidades creativas de sus alumnos, pues él también debe demostrar que puede hacerlo. En este sentido, los profesores antes de exigir que los alumnos resuelvan problemas, ellos deben ser capaces de comprenderlos y resolverlos, incluso de ser posible de diversas formas. Esto no solamente los pone a prueba, también fortalece su preparación y experiencia. Con el tiempo los alumnos deberán acostumbrarse a poner su mente a trabajar.

El esquema memorístico que tanto daño causa, exacerba los problemas debido al mal uso de la tecnología. Muchos productos como la calculadora, la televisión o el INTERNET son en realidad grandes aliados para el aprendizaje. Pero el abuso en la utilización de estos, resta la capacidad de razonamiento. La costumbre por consumir información digerida hace que la mente se vuelva más perezosa y menos creativa.

La llamada economía del conocimiento se caracteriza por la formación de estudiantes altamente creativos capaces de generar soluciones a problemáticas que se presentan cotidianamente. Para esto los estudiantes deben estar acostumbrados a generar propuestas a partir de ideas innovadoras, que demuestren razonamiento lógico e incluso que puedan llegar a sorprender a los maestros.

Los profesores tienen la obligación de mantenerse consultando literatura para la obtención de materiales de apoyo, y también medirse por resultados. Si bien las pruebas objetivas no demuestran en su totalidad el aprendizaje del alumno, puede ser un instrumento que debe ser combinado con otras propuestas que sean un tanto más innovadoras.

La habilidad de lectura no la he abordado pero tiene una relación muy estrecha con estos problemas. El esquema tradicional brinda gran prioridad a la cantidad de datos que un alumno puede memorizar y se fija poco en la capacidad del alumno para asimilar los conocimientos, y en su capacidad de aprendizaje. En sí me refiero a las habilidades de lecto-escritura.

Ahora, gran parte del tiempo que se invierte en aprender a leer y escribir debe aprovecharse poniendo en práctica esas dos habilidades básicas. Puesto que generalmente los gobiernos ponen atención en la cantidad de alumnos matriculados, pero le restan importancia a la calidad de educación que reciben, en este caso me refiero a habilidades como análisis y síntesis de lo leído, capacidad de emitir opinión, etc.

Existe un problema que por experiencia propia sé que es muy complejo, es el poco interés de los alumnos por leer. En parte las dificultades pueden asociarse a la mala selección de literatura para los adolescentes. Pero también en casos, a la saturación de contenidos de los programas de secundaria. Es allí por donde podemos empezar a abordar esta problemática.

También es una buena estrategia el relacionar los acontecimiento del mundo, es decir, la realidad con los temas teóricos vistos en clase. En este sentido el curso de ciencias sociales es el más indicado. El análisis de los acontecimientos, despierta no solamente un mayor interés sino también es posible un mayor aprovechamiento de los conocimientos impartidos.

La habilidad lectora también es importante porque despierta la capacidad de escritura, la cual es muy poco estimulada por el sistema educativo tradicional. En este caso la habilidad de los alumnos puede pasar desapercibida precisamente por maestros que la estimulan muy poco. Para ello es necesario en todo momento el apoyo del profesor, puesto que pueden perfeccionar de mejor manera las competencias en lecto-escritura.


































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