miércoles, 31 de agosto de 2011

La educación como motor de desarrollo

En otras oportunidades he criticado el papel actual de los nuevos modelos educativos fundamentados en competitividad que excluyen la formación integral de los seres humanos. Sin embargo existen elementos dentro de este modelo neoliberal que deben ser tomados en cuenta, y deben estimularse entre los estudiantes actuales en los países del tercer mundo, entre ellos está el factor de la innovación.

Los países desarrollados comúnmente señalan que las mejores propuestas para superar la crisis financiera y el desempleo es la innovación en nuevas tecnologías e infraestructura para generar empleos, pero esto requiere de personal calificado. En este sentido la propuesta es mucho más viable en estas zonas del mundo en donde existe mejor nivel de bienestar social, este último término pasaré a describirlo.

Cuando en una nación existen rezagos tan graves como el hambre y falta de acceso a servicios tan elementales como la salud pública, exigir un alto nivel académico es realmente desconsiderado. Los problemas a resolver son muchos, y la clase media accede a una educación de calidad, sobre este término me refiero a profesores con educación universitaria, e instalaciones adecuadas para aprender.

En Latinoamérica se debe poner atención a muchas demandas sociales, y también a mejorar la calidad educativa de establecimientos públicos y privados. Calidad no significa promediar en un estándar internacional muchas veces viciado por la intervención de organismos financieros. No, la verdadera calidad significa un aprendizaje eficaz, que proporciona herramientas de análisis numérico, expresión oral, escrita, creatividad y pensamiento crítico.

La competencia puede ser un modelo sano cuando se valoran de manera eficiente las habilidades de los alumnos. Los neoliberales como el periodista Andrés Oppenheimer tienen una verdadera castración intelectual al ridiculizar las destrezas como escritura, pensamiento crítico o reflexión filosófica, puesto que no son capaces de valorar a las personas como humanos, sino que son vistas como instrumentos del mercado.

La cosificación humana es un fenómeno común. Ahora en lo que respecta a la capacidad innovadora, la región aún debe esforzarse mucho en matemáticas y ciencia. Un primer paso es capacitar docentes de estas ramas para estimular a los estudiantes, se requiere de motivación y buena capacidad didáctica. Además los más aptos pueden competir de forma sana en olimpiadas científicas, como se acostumbra en muchos países.

La competencia puede concebirse como una estimulación y no como rechazo. La clave está en saber elegir a aquellos que realmente tengan esas aptitudes y puedan ser explotadas sus habilidades. Las potencias emergentes como China, Rusia, Corea del Sur o Irán, envían a sus mejores alumnos a estos eventos, y ellos a lo interno no son exactamente neoliberales, o mucho menos del tercer mundo(excepto Irán).

Los profesores de matemáticas también requieren de capacitación constante para saber aprovechar nuevos conocimientos y técnicas. Un problema que tenemos en la región es el acomodamiento producto de la falta de estímulo. En el caso de las matemáticas y física se requiere de maestros creativos que sepan desenvolverse en un ambiente escaso de recursos.

En el caso de las ciencias sociales se trata de formar ciudadanos capaces de vivir en con una identidad y capacidad crítica ante los grupos de poder. Estas disciplinas buscan el equilibrio con las demás. Cuando se encauzan ambas se logra un desarrollo integral de los seres humanos, puesto que la sociedad es capaz de estudiarse de manera completa, entonces los problemas podrán enfrentarse con soluciones efectivas.

El motor de desarrollo no es solamente la innovación tecnológica, puesto que el término es muy amplio y forzosamente deberá abarcar todos los aspectos. Mantengo mi postura en contra de algunos estándares internacionales que no proporcionan beneficios a nuestra región, deben en cambio mecanismos de evaluación basados en nuestros problemas, no tratar de copiar modelos extranjeros que en la mayoría de casos no aportan nada a nuestra realidad. Los intelectuales y docentes de nivel medio deben realizar esfuerzos conjuntos en donde ambos sectores puedan generar propuestas adecuadas al medio.





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