jueves, 1 de septiembre de 2011

La religión como instrumento ideológico del modo de producción

El análisis histórico de los modos de producción, conlleva además de los elementos de base económica los niveles de superestructura, entre estos la ideología y religión son determinantes para comprender la entera complejidad de un sistema económico, y más aún de una sociedad. La religión es solo uno de tantos instrumentos ideológicos existentes, sin embargo es uno de los más influyentes.

El marxismo ciertamente ha sido uno de los instrumentos intelectuales más valiosos para la comprensión y explicación de la historia. Sin embargo como apuntaba en el artículo sobre: "Abordaje de la acumulación de capital desde la dialéctica marxista en la actualidad", es necesario retomar elementos que el marxismo vulgar dejó a un lado, una interpretación mecanicista prioriza la base económica como determinante de la superestructura.

Pero esa afirmación tan tajante, llevada a cabo mecánicamente nos envuelve en un marxismo vulgar. Ciertamente el congreso de Francia de los años setenta criticó ese dogmatismo, y uno de sus aportes fue la importancia de estudiar los fenómenos ideológicos como partes integrantes de los hechos históricos. Por esta razón creo que la ideología como elemento determinante en los modos de producción no puede dejarse de lado.

Durante la edad media la Iglesia Católica mantuvo el monopolio del conocimiento en Europa. La escolástica era suficiente para reproducir el feudalismo europeo, la censura ideológica, la predestinación y sobre todo la supremacía de la vida espiritual sobre lo mundano eran sus elementos principales. Los siervos estaban atados al feudo, aunque no eran esclavos dependían en gran medida de su señor.

La reforma protestante del siglo XVI es parte de las contradicciones del feudalismo alemán, y se propagaría por el resto de Europa, principalmente Inglaterra. La Iglesia católica pierde terreno frente al avance burgués, el humanismo desplaza a la escolástica, la ciencia poco a poco desplaza a los dogmas de fe absolutos. El panorama intelectual es prometedor, pues se amplía la producción de libros, de gente ansiosa por nuevas ideas, y progresa la ciencia.

El capitalismo asentado sobre la libertad del trabajo, el intercambio comercial que coloca especial importancia al mercado, y mayor libertad para pensar y expresarse, además del predominio de la razón sobre el dogma, van a configurar nuevos instrumentos intelectuales para propagar ese fervor capitalista. Uno de los más importantes va a ser la religión, el protestantismo y el catolicismo en una ardua rivalidad.

Las ideas de los teóricos protestantes van a inspirar los capitalismos nacientes en EEUU, Inglaterra, Alemania, Holanda, etc. Mientras la mayor defensora del catolicismo se hundía en el atraso: España. No se trata de que el progreso sea determinado por ser protestante, pero sí fue un instrumento ideológico que dio soporte al movimiento burgués que llegó a ser dominante.

El movimiento ideológico religioso es interesante pues no se trata de un monopolio intelectual que se queda atrapado en las paredes del monasterio. Se trata de impulsar nuevos valores dentro de la sociedad, elementos antes criticados, poco a poco se convierten en fundamentales, entre ellos la ambición, la austeridad cuando es necesaria, la puntualidad y el esfuerzo configuraron la nueva sociedad capitalista.

Uno de los rasgos esenciales que plantea el sociólogo alemán Max Weber en su obra "Sociología de la religión" es el término "religión de salvación". Las culturas desde tiempos remotos han rendido culto a diversos seres sobrenaturales, ya sea la lluvia, el aire, el fuego, etc. La explicación de las cosas fundamentado en argumentos sea politeístas o monoteístas como más tarde terminará siendo dominante.

La salvación del alma corresponde a una mentalidad que privilegia lo espiritual, en detrimento de lo material, específicamente lo opuesto a la época del capitalismo moderno. Sin embargo será en el Medioevo cuando la salvación llega a su punto máximo, en el capitalismo posterior lo terrenal irá desplazando a lo espiritual. Esto no quiere decir que los humanos dejen de preocuparse por su alma, solamente es que cambiaron las prioridades.

El pecado como instrumento ideológico continúa utilizándose incluso en la actualidad. La necesidad de salvación, de que los humanos son débiles y requieren de un proceso de purificación continúa siendo un argumento fuerte utilizado para justificar la necesidad de afiliación a un culto religioso. En cambio durante la etapa del desarrollo capitalista estadounidense, asentado en el protestantismo, los valores puritanos eran exaltados precisamente para poder hacerse de un crédito, para que existiera confianza entre las personas.

El capitalismo actual difiere mucho de los valores exaltados por Max Weber, precisamente porque las etapas de desarrollo nos muestran profundas transformaciones. Lo terrenal para los capitalistas resulta prioritario, los protestantes encarnan mejor dicha transformación, El catolicismo en aquella época defendido por españoles e italianos solo era ejemplo de atraso y estancamiento, en cambio las naciones prósperas eran Norteamérica y Gran Bretaña.

Los británicos inspirados por un rápido desarrollo industrial iniciaron un proceso de expansión imperialista, el anglicanismo fue el resultado del pleito entre Enrique VIII y el papado. La independencia religiosa inglesa facilitó su crecimiento como potencia. En EEUU también serán valores protestantes los que aceleren la expansión, priorizando el trabajo, la austeridad, y sobre todo el anhelo por una vida mejor en la tierra.



1 comentario:

  1. TODO ESTO ES UNA VERGÜENZA
    ES UNA FALTA DE RESPETO A LOS CATOLICOS!

    Vd es enemigo de la Iglesia
    Vd es enemigo de la Verdad

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